Samara
Tus talentos tempranos
aluzaban la ruta de tu vida
que tus delgadas manos,
con color y con medida,
en el tiempo dejaron extendida.
Esas recias mujeres
que de carbón y acuarela nacieron
son hoy, por tí, los seres
que fueran lo que fueron,
a su anónimo sino trascendieron.
En azules rompiste
la ventana que mira a tu árbol breve
los trozos dispusiste
en esa espiga leve
que deseoso él abraza mientras llueve.
Tanta vida pintaste
que sin más tus colores agotabas
y de tí te olvidaste
pues, febril, pincelabas
las ideas que vivías y pensabas.
Las tristezas que en tu alma
se alojaban sin pausa ni sosiego
carcomieron sin calma
tus noches, para luego
quitarte de vivir, en un cruel juego.
Y en las horas oscuras
que tu ausencia ha marcado en los relojes
me extravío en tus pinturas
y ruego que un día arrojes
tus penas, y de ellas te despojes.
febrero de 2010
aluzaban la ruta de tu vida
que tus delgadas manos,
con color y con medida,
en el tiempo dejaron extendida.
Esas recias mujeres
que de carbón y acuarela nacieron
son hoy, por tí, los seres
que fueran lo que fueron,
a su anónimo sino trascendieron.
En azules rompiste
la ventana que mira a tu árbol breve
los trozos dispusiste
en esa espiga leve
que deseoso él abraza mientras llueve.
Tanta vida pintaste
que sin más tus colores agotabas
y de tí te olvidaste
pues, febril, pincelabas
las ideas que vivías y pensabas.
Las tristezas que en tu alma
se alojaban sin pausa ni sosiego
carcomieron sin calma
tus noches, para luego
quitarte de vivir, en un cruel juego.
Y en las horas oscuras
que tu ausencia ha marcado en los relojes
me extravío en tus pinturas
y ruego que un día arrojes
tus penas, y de ellas te despojes.
febrero de 2010
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